Unicorn Maison

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BRABUS CV8 6.1 (12/2002)

Ficha técnica

Exclusivo BRABUS CV8 6.1 (12/2002)

Sobre este unicornio:

Para nosotros los Mercedes AMG tienen un aura especial, algo así como un intangible que, de manera intrínseca a su apellido, nos hace sentir cosas sin necesidad siquiera de tener que estar conduciéndolo. Lo que nos provoca un Brabus podría ser algo parecido y en cierta manera, amplificado por su brutalidad, su exclusividad o por ambas de manera simultánea.
Aunque hoy día se perciban un tanto barrocos, hubo una época -hace no tanto tiempo-, en la que los Brabus añadían picante a carrocerías de Mercedes un tanto anodinas para, de un modo sutil, desterrar un poco la imagen de «sleeper» y separarse de las versiones AMG. Y precisamente así sucede en el caso que nos ocupa; un Brabus construido sobre la Clase C (W203) de Mercedes.
El Brabus C V8 no era ningún paquete extra ni un tuning modosito sobre un Clase C, era la sublimación de lo que era capaz de crear el preparador alemán con una base como la W203, alumbrando un coche totalmente distinto en sus tripas. «Enchufando» un V8, que se podía pedir en 5.8 o 6.1 litros, derivado de un aumento de cilindrada respecto al bloque V8 de 5.5 litros (M113)-que montaron numerosos modelos como el CL 500-, el C V8 se convertía en un aparato muy serio, capaz de poner en aprietos en la Autobahn a los supercars de principios de los 2000. Con unos bajos números de producción era también tanto o más exclusivo que aquellos.
Con una suma de infinitas mejoras respecto a la base y las mencionadas motorizaciones, la gama del Brabus C V8 se articulaba en C V8 5.8 (400 CV y 579 Nm) y C V8 6.1 (426 CV y 621 Nm) también en carrocería Sportcoupé. Más tarde llegaría el culmen con el C V8 S (445 CV y 635 Nm).
De las tres intimidatorias versiones del C V8, la versión 6.1 es la que nos ocupa. La única unidad de Europa a la venta en estos momentos.
Sus cifras de 4,7 segundos en el 0-100 y de más de 300 km/h de punta eran el trabajo conjunto de ese corazón a medida y una caja de cambios automática de convertidor de par de 5 relaciones, con la potencia a través de las ruedas traseras, obviamente. En la hercúlea tarea de gobernar todo el conjunto también echaban una mano unos amortiguadores Sachs a medida, unos muelles 30mm más cortos, barras estabilizadoras más gruesas y un equipo de frenos a la altura (discos de 355mm delante con pinzas de 6 pistones y discos de 300mm con pinzas de 4 pistones detrás). Con los estándares actuales, las cubiertas no parecen nada del otro mundo con 235/35/19 y 265/30/19, montadas en unas características llantas con la B, de generosa garganta.
Esta unidad, aparte del despliegue técnico habitual tiene varios detalles que terminan por recalcar que no se trata de un Clase C venido a más, sino que es algo bruto, deportivo y salvaje. El color rojo y los añadidos en carbono hacen el contraste suficiente para dejarnos disfrutar del kit de carrocería específico de los Brabus, más agresivo.Si aún tienes dudas acerca de este aparato, basta levantar el capó para ver su plaquita en medio de una enorme tapa de carbono que conceptualiza las dos bancadas de 4 cilindros.
La personalización continúa en el interior: Brabus Mastik Leder, un cuero fino de tratamiento específico y de aun mejor calidad que llega hasta los paños de las puertas; volante exclusivo; cromo y aluminio en diferentes elementos como la consola central… Todo sin marcado desgaste ni demasiados signos de uso.
En el cuadro de instrumentos nos encontramos con un velocímetro singular que pone el tope en 320 km/h.
¿Con que compararlo?… quizá con un Audi RS4 Avant (B5 o B6) preparado por ABT o incluso con un BMW tocado por Hamann, pero tampoco.Y los modelos «básicos» de M o AMG de la época parecen hasta descafeinados a su lado.

https://www.brabus.com
Los Brabus C V8 6.1 como este, se valían, en primer lugar, del diseño del motor M113 de tres válvulas por cilindro (24V) de Mercedes, al que le sometían a una profunda remodelación que incluía el propio bloque, cigüeñal y nuevos pistones con mayor carrera para subir el cubicaje hasta los 6034cc pero sin cambiar su carácter naturalmente aspirado. La mayor parte de los periféricos encargados de la refrigeración se sobredimensionaban (ventilación en el capó incluida),y desde los colectores, todo el escape era «made in Brabus». Los 426 caballos y los bestiales 621 Nm de par que salían de todo esto eran la constatación del trabajo bien hecho.

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